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Cómo la pandemia reconfiguró el mapa del crimen en América Latina: cuáles son los nuevos métodos y las nuevas rutas

Expertos señalan que la adaptación de las principales organizaciones criminales d fue rápida y efectiva, abriendo nuevos mercados y logrando mantenerse pese al golpe en su economía

La pandemia del coronavirus ocasionó una parálisis económica en todo el mundo y el mundo criminal no fue la excepción.  Las restricciones a la movilidad, el comercio trasnacional, el cierre de fronteras y aeropuertos y demás medidas durante las cuarentenas dificultaron las actividades criminales y forzaron a las grandes organizaciones dueñas de la economía ilegal de América Latina a adaptarse a la llamada “nueva realidad” .

Esto ocasionó una  disminución considerable de los distintos tipos de tráfico ilegal en la región,  como la cocaína (y otras drogas duras), la madera, el oro, la trata de personas y el tráfico de especies silvestres, solo por mencionar algunos.

Un jet de negocios Gulfstream III arde después de que fue detenido por el Ejército de Guatemala y se encontró que transportaba cocaína en Petén, Guatemala, el 26 de julio de 2020 en esta imagen obtenida de las redes sociales.  Héctor Cuz / Ejercito de Guatemala via REUTERS ESTA IMAGEN HA SIDO SUMINISTRADA POR UN TERCERO.  CRÉDITO OBLIGATORIO.  NO HAY REVENTAS.  SIN ARCHIVOSUn jet de negocios Gulfstream III arde después de que fue detenido por el Ejército de Guatemala y se encontró que transportaba cocaína en Petén, Guatemala, el 26 de julio de 2020 en esta imagen obtenida de las redes sociales. Héctor Cuz / Ejercito de Guatemala via REUTERS ESTA IMAGEN HA SIDO SUMINISTRADA POR UN TERCERO. CRÉDITO OBLIGATORIO. NO HAY REVENTAS. SIN ARCHIVOS

 

Pero pese al golpe la mayoría de organizaciones criminales grandes de la región sobrevivieron  adaptándose rápida y eficientemente, incluso más que los propios estados, a las nuevas condiciones y para este 2021 continuarían implementando las estrategias aprendidas durante la pandemia con miras a una recuperación económica.

Ante este panorama surge la pregunta de si estos cambios responden únicamente a la coyuntura o si esta coyuntura ha transformado estructuralmente las dinámicas de la criminalidad de América Latina.

En Infobae América consultamos a expertos en seguridad y crimen sobre los diagnósticos y proyecciones del crimen organizado en el 2021 y esto fue lo que nos dijeron.

Consenso en los efectos pero no en las explicaciones

“En términos cuantitativos hay consensos sobre unos diagnósticos pero no sobre las razones”, dice Frédéric Massé, Codirector Red CORAL (Red de monitoreo del Crimen Organizado en América Latina).

Según Massé los distintos tipos de tráfico sufrieron el año pasado una disminución estimada entre un 30% a un 40% de su actividad en comparación con años anteriores a la pandemia, un golpe sin duda fuerte pero no suficiente para acabar con ellos.

“El negocio siguió” , dice el experto, precisando que  “la disminución se siente más cuando hubo cuarentena estricta en los países donde hay tráfico”.

Agentes de la Policía Nacional de España han detenido en la localidad de Torrevieja (Alicante) a un hombre que tenía una Orden Internacional de Detención dictada por las autoridades argentinas y que estaba acusado de transportar sustancias estupefacientes. Agentes de la Policía Nacional de España han detenido en la localidad de Torrevieja (Alicante) a un hombre que tenía una Orden Internacional de Detención dictada por las autoridades argentinas y que estaba acusado de transportar sustancias estupefacientes.

Cita por ejemplo el caso de Perú, donde se presentó una disminución en el tráfico de cocaína, pero en Colombia, por ejemplo, este mismo fenómeno no se presentó.

“No hay consenso porque depende de los productos, datos y países”,  explica.

Entre las explicaciones que dan los expertos para esta disminución en el tráfico está los problemas de abastecimiento, las dificultades logísticas, o la de la demanda en países consumidores.

Cada uno de estos puntos  tiene sus matices, dependiendo de la subregión, el producto o los grupos criminales organizados que se analice. En el caso del tráfico del oro, o en el de madera, por ejemplo, el abastecimiento no fue un problema, pero mientras que en el oro las rentas se mantuvieron casi iguales que en los tiempos pre pandemia, en el de madera no disminuyó la tala pero sí el tráfico.

El aspecto logístico es una explicación con adeptos, en ella coincidieron Massé y el profesor Luis Fernando Trejos, doctor en Estudios Latinoamericanos y experto en conflicto.

“La parálisis total de aeropuertos y comercio terrestre dentro de los países latinoamericanos afectó el traslado de la cocaína y de otro tipo de bienes ilegales”,  dice Trejos.

Oficiales de la policía militar brasileña en busca de hombres sospechosos de tráfico de drogas en el barrio de Santa Teresa, en Río de Janeiro.  Crédito Carson Gardiner / Associated PressOficiales de la policía militar brasileña en busca de hombres sospechosos de tráfico de drogas en el barrio de Santa Teresa, en Río de Janeiro. Credit Carson Gardiner/Associated Press

“Al generar una caída del comercio internacional la pandemia disminuyó las posibilidades del transporte logístico”, complementa Massé.

Ambos destacan que los medios tradicionales del tráfico trasnacional, que se soporta en el comercio legal, como las mulas, la infiltración de contenedores en barcos o en vuelos de mercancías, etc., se vieron fuertemente afectados por las medidas de cuarentena. También afirman que los medios de transporte ilegal, como las lanchas rápidas, avionetas, u otros medios clandestinos, quedaron más expuestos frente a la disminución del comercio formal haciendo que fueran más fáciles de identificar.

Pero Massé advierte: “también es posible que las organizaciones criminales guardaran sus mercancías en espera de mejores tiempos”, señalando que las cifras que se tienen en este momento no son del todo certeras.

Nuevas rutas, alianzas y guerras del Cártel Jalisco Nueva Generación (Foto: Jovany Pérez Silva / Infobae México)Nuevas rutas, alianzas y guerras del Cártel Jalisco Nueva Generación (Foto: Jovany Pérez Silva/Infobae México)

Todo esto también trajo consigo la disminución de la demanda de productos, en especial en el mercado de las drogas, pues los confinamientos dificultaron la capacidad de los consumidores de abastecerse.

Para Andrei Serbin Pont, director de la CRIES (Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales) y experto en seguridad y conflictos, si bien al principio de la pandemia – en especial en los países con cuarentena estricta- se paralizaron algunas actividades ilegales por el aumento de la presencia policial en los centros urbanos, “eventualmente retomaron su curso”, algo que demuestra la deficiencia del enfoque policivo para combatir las actividades ilícitas.

Todo esto produjo la capacidad de adaptación en las estructuras criminales, algo que según los expertos hicieron más rápida y eficazmente que los propios Estados.

Nuevos métodos, nichos y rutas

De acuerdo con las predicciones del 2021 de InSight Crime, la ciberdelincuencia, fue una práctica que se destacó el año pasado y parece ser una nueva fuente de ingresos para la criminalidad en este año que inicia.

“No se trata de las habituales estafas de phishing y de la clonación de tarjetas de crédito y débito durante las transacciones de los consumidores en línea, sino de efectos en todo el proceso de mover dinero, establecer empresas, crear y administrar hipotecas, y muchas otras formas de realizar negocios en línea”sostienen.

La venta de drogas y armas se disparó en la deep web y la dark net durante la pandemia. La venta de drogas y armas se disparó en la deep web y la dark net durante la pandemia.

Serbin Pont está de acuerdo, y dice que en los países que implementaron subsidios para las poblaciones más vulnerables esto se convirtió en un nuevo nicho de estafas, extorsiones y demás actividades criminales.

El uso de bitcoin y otros tipos de criptomoneda para pagar servicios criminales es otra práctica que está en auge, aunque Massé sostenga que esto estaba pasando mucho antes de la pandemia. El uso de la Darknet lleva muchos años, como todo el lavado a través de las criptomonedas. La criminalidad no ha esperado la pandemia para ponerse virtual, estaban mucho más preparados porque ya llevan años traficando en la red”.

Otra ‘adaptación’ que destaca InSight Crime es el aumento en el uso de narcosubmarinos durante los últimos años como vehículo de transporte de mercancías transoceánicas.

Según cifras recopiladas por la organización, que cita entre sus fuentes las investigaciones de H.I. Sutton, especialista en el seguimiento y análisis de narcosubmarinos, el salto en el uso de estos transportes se dio en 2018, cuando se registraron 35 casos, más del doble de los 16 del año anterior. En 2019 se registró un récord histórico con 39 casos y aunque los 30 reportados hasta noviembre de 2020 mostraban un pequeño retroceso, todo indica que este es un medio de trasporte ilegal que se usará cada vez más.

narcosubmarino (Foto: Twitter @ zonacero)narcosubmarino (Foto: Twitter@zonacero)

Países como Colombia, en especial en su región Pacífica, se han especializado en la construcción de estas naves artesanales capaces de transportar hasta 3 mil kilogramos de cocaína, como el que cayó en las costas españolas de Galicia a finales de 2019.

Estos narcosubmarinos suelen zarpar desde Colombia y usan las paradisíacas playas de Isla Margarita como lugar de aprovisionamiento de combustible y mercancía, desde allí siguen su rumbo ya sea a Centroamérica, con destino principal a México, o hacia Europa.

“Hubo un mayor porcentaje de incautaciones de submarinos sumergibles que hacen en el Pacífico. Eso implicaría que las estructuras criminales están buscando sus propios y autóctonos medios de transporte”, señala Trejos.

El narcosubmarino de Galicia (España) (Foto: Twitter @ FORONAVAL)El narcosubmarino de Galicia (España) (Foto: Twitter@FORONAVAL)

El experto también señala que Centroamérica se convirtió de nuevo en una de las rutas más usadas para el tránsito de la cocaína en el continente, algo que no pasaba desde hace una década

El uso de avionetas que salen de Venezuela y llegan hasta Honduras para desde allí ser enviadas a México revivió durante el año pasado la autopista de la cocaína en Centroamérica”, la cual se alimenta de la permisividad o la complicidad de las autoridades policivas en estos países.

Las cifras lo demuestran, durante los primeros siete meses del 2020 se decomisó más cocaína en Honduras que en todo el 2019. Para septiembre, las fuerzas de seguridad habían destruido más de 30 pistas de aterrizaje escondidas entre las selvas del noreste del país.

Avioneta cocaína incautada en Honduras proveniente de Venezuela (@ElEspectadorHn)Avioneta cocaína incautada en Honduras proveniente de Venezuela(@ElEspectadorHn)

Pero también Guatemala -donde se reportó el incendio en pistas remotas de avionetas de propulsión capaces de llevar hasta cinco toneladas de cocaína- y Costa Rica -donde se incautó hasta octubre pasado 37 toneladas de cocaína, más de la mitad de toda la incautación del año anterior- volvieron al mapa del tráfico de drogas en la región.

Además, países como El Salvador y Nicaragua, entran al juego pues sus rutas terrestres se reactivan como efecto dominó para mover el producto por toda Centroamérica.

El problema de las fronteras

Este es un problema viejo, las fronteras suelen ser un terreno fértil para la criminalidad, sobre todo en países donde operan estructuras armadas ilegales con control territorial.

Al respecto, Serbin Pont señala que un especial interés para este 2021 es el desarrollo de la compleja situación de la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay. De acuerdo con el director de la CRIES, desde hace años unos dos años se está produciendo un fuerte crecimiento del PCC (Primer Comando de la Capital) y algunos otros grupos organizados brasileños hacia el lado paraguayo de la frontera.

El PCC es una especie de sociedad secreta del crimen que se creó en las prisiones brasileras, empezando por la de São Paulo hace casi 20 años y desde allí se ha esparcido a casi todas las provincias brasileras, logrando incluso alcance internacional. En Paraguay opera el EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) una pequeña organización guerrillera con orientación marxista que se ha vuelto un enlace de los narcos brasileros en el país.

“Se observa una mayor presencia de estos grupos en el norte argentino. Están usando a Argentina como una zona de resguardo o enfriamiento, sobre todo cuando están con pedidos de captura encima. Pero probablemente seguirán su crecimiento al sur en la medida que buscan puertos alternativos para llevar sus productos a Europa y otras partes del mundo”señala Serbin Pont.

Miembros del PCC en una cárcel brasilera.  (Archivo DEF)Miembros del PCC en una cárcel brasilera. (Archivo DEF)

Caso aparte es la frontera entre Colombia y Venezuela, donde coexiste un coctel diverso de grupos armados ilegales. Allí hay presencia del ELN, diferentes grupos disidentes de las antiguas FARC, otros con vocación paramilitar como el Clan del Golfo, o los Rastrojos y toda una variedad de colectivos chavistas.

“Desde que empezó la degradación político y social del régimen Venezolano en 2015 la actividad criminal en la frontera se ha exacerbado”, dice Trejos.

Esto se debe a varios factores: una presencia histórica de actores armados ilegales colombianos -como los arriba mencionados- y que el régimen de Maduro haya ampliado cada vez más sus alianzas con estos. “En la práctica se traduce a que en algunos estados el régimen venezolano ha delegado el control de la frontera a los grupos colombianos”, destaca.

Como en el caso de Argentina para el PCC y el EPP, Venezuela es una retaguardia estratégica para las guerrillas colombianas. Más allá de la documentada presencia de Jesús Santrich e Iván Márquez, líderes de la “Nueva Marquetalia” en el país vecino, Trejos señala que el principal actor armado colombiano en Venezuela es la guerrilla del ELN.

Para el profesor Luis Fernando Trejos el ELN consideraría actualmente como una guerrilla binacional pues tiene presencia, control de territorio y de rentas ilegales tanto en Colombia como en Venezuela.Para el profesor Luis Fernando Trejos el ELN podría considerarse actualmente como una guerrilla binacional pues tiene presencia, control de territorio y de rentas ilegales tanto en Colombia como en Venezuela.

“Hoy por hoy el ELN es una guerrilla binacional, es ahora una guerrilla colombo-venezolana”, afirma Trejos, explicando que la organización político militar recoge rentas en ambos lados de la frontera y ejerce control territorial sobre poblaciones colombianas y venezolanas. En el ‘arco minero del Orinoco’ tiene una importante fuente de ingresos.

“Esa frontera se conoce como un área sin ley, ni el estado colombiano ni el venezolano ejercen una soberanía plena en ese territorio, es compartida por con organizaciones criminales”, subraya.

Degradación del crimen

Para Frédéric Massé la mayoría de estos cambios estructurales ya venían sucediendo antes de la pandemia, por lo que lo más probable es que las dinámicas específicas producidas por esta sean más coyunturales, una especie de “pausa” en el actuar del crimen organizado que volverá a la normalidad una vez que lo haga la vida.

Esta idea coloca a los carteles de la droga, grupos armados y grandes mafias latinoamericanas rogando, igual que todos nosotros, por una pronta vacuna que haga de las cuarentenas estrictas una cosa del pasado.

Sin embargo, el experto resalta que los grandes criminales no serán los más afectados si esto no ocurre, pues están adaptados para sobrevivir un nuevo confinamiento.

La ruta del tráfico de drogas de México a EEUU (Mapa: Infobae México)La ruta del tráfico de drogas de México a EEUU (Mapa: Infobae México)

“Podríamos hablar de una pausa, pero no necesariamente la pandemia va a producir una disrupción en los tráficos de América Latina”, dice.

Trejos está de acuerdo pero agrega que esta supervivencia podría producir un “darwinismo criminal” en el que las organizaciones más grandes “depreden” a las pequeñas y adopten sus roles dentro del entramado delincuencial al interior de los países.

Esto es una “degradación de la criminalidad” porque cada vez más las rentas que no se están obteniendo del tráfico trasnacional se buscarán dentro de las poblaciones y territorios donde estas organizaciones ejercen control o tienen gran presencia

Se vio durante la pandemia en lugares cómo México, Brasil, El Salvador, Honduras, Venezuela o Colombia grupos delincuenciales aprovecharon para reforzar su control social dentro de las poblaciones, dándose a la tarea de reforzar ellos mismos las medidas de cuarentena, crear sus propios toques de queda y en algunos sitios, repartir comida y medicamentos para reforzar su legitimidad.

Estas normas, muchas veces impuestas a sangre y fuegoexplican en parte de la disparada en las cifras de masacres en países como Colombia, que cerró el 2020 con 381 personas asesinadas en 91 masacres, según la ONG Indepaz.

Amigos y familiares lloran junto al ataúd de uno de los ocho jóvenes asesinados en una zona rural de Samaniego, departamento de Nariño, Colombia, el 17 de agosto de 2020. - Autoridades y ONG colombianas advirtieron este domingo sobre el deterioro de la seguridad en el país. luego de que trece jóvenes y adolescentes fueran asesinados en un período de cuatro días en medio de las medidas de confinamiento para frenar el coronavirus. (Foto de Leonardo CASTRO / AFP) Amigos y familiares lloran junto al ataúd de uno de los ocho jóvenes asesinados en una zona rural de Samaniego, departamento de Nariño, Colombia, el 17 de agosto de 2020. – Autoridades y ONG colombianas advirtieron este domingo sobre el deterioro de la seguridad en el país. luego de que trece jóvenes y adolescentes fueran asesinados en un período de cuatro días en medio de las medidas de confinamiento para frenar el coronavirus. (Foto de Leonardo CASTRO / AFP)

Para Trejos el panorama del 2021 no es muy alentador: Contrabando de medicamentos y productos sanitarios, asalto a comercios y viviendas , un mayor recrudecimiento de la extorsión en los pocos comercios que se mantengan activos durante el segundo confinamiento y eventualmente un recrudecimiento del secuestro.

Massé por su parte resalta la diversificación de los productos que se trafican, como drogas anti COVID-19 y algunas vacunas, así como medicamentos legales, hacen parte del nuevo portafolio del negocio del tráfico. “No van a haber cambios estructurales”,  resalta.

“En el 2021, vamos a sentir el impacto económico real producido de la pandemia y eso va a traer una degradación social”,  concluye Trejos.

Fuente: Infobae