Ya hemos hablado en otras oportunidades de la importancia que la tecnología electrónica representa en la actividad de seguridad privada. Observamos día a día como nuevos avances tecnológicos son incorporados para conformar sistemas de detección, monitoreo y alarma cada vez más sofisticados y, al mismo tiempo, en la mayoría de las ocasiones, más accesibles al común de la población.
En este sentido, una tendencia mundial en seguridad privada, es sin duda la de ir incorporando la vigilancia electrónica en apoyo de los planteles de vigiladores, brindando facilidades que elevan poderosamente la eficiencia de las tareas. Esta tecnología de vigilancia se manifiesta la mayoría de las veces en la instalación de equipos como cámaras de video, sensores ópticos e infrarrojos, sensores biométricos, detectores de movimiento, etc., constituyéndose todos ellos en herramientas que prolongan y realzan las capacidades del personal de seguridad.
¿Qué datos pueden monitorearse en forma remota?
La respuesta es sencilla: toda información de sensores electrónicos que pueda ser transmitida, puede ser observar da o controlada desde un puesto establecido en otra ubicación. La diversidad de información que puede examinarse es amplia, pero lo más importante en el ámbito de la vigilancia remota pasa por las imágenes de CCTV, las alarmas de pánico y las alarmas varias, disparadas por distintos sensores.
Surge entonces la necesidad de estar alerta y actuar frente a la información que todos esos equipos puedan transmitir. Hoy en día, gracias al progreso de las comunicaciones, esos datos pueden ser transmitidos y observados desde lo que se denomina una central de monitoreo donde la información es debidamente procesada.
Puede decirse entonces que una central de monitoreo es un lugar remoto donde se reciben los datos de los dispositivos ubicados en distintos servicios, y donde esa información es evaluada por personal especialmente calificado, quien actuará de acuerdo a un protocolo preestablecido de respuesta.
El personal que realiza las tareas de monitoreo en estas centrales debe cumplir con ciertos requisitos para la tarea dado que es una posición de alta responsabilidad y que demanda respuestas ágiles y precisas. Reciben capacitación, tanto en el manejo de los equipos electrónicos de los sistemas, como así también, en la gestión de las emergencias que se presentan, tarea que requiere especial criterio y profesionalismo
Los planteles de las centrales de monitoreo trabajan típicamente en turnos cortos, dada la exigencia de la vigilia atenta y el grado de tensión ante cada emergencia que se presenta.
Al recibir una alarma, el operador de la central de monitoreo deberá seguir rigurosamente el protocolo o procedimiento, previsto de antemano con cada cliente y para cada situación de alarma en particular. Por lo general, el primer llamado no será a la Policía local sino al mismo cliente para verificar la existencia de la situación anormal. A partir de allí, continuará con las llamadas previstas en el procedimiento, típicamente informando a las fuerzas de seguridad sobre el siniestro ocurrido y continuará con los demás referentes del cliente según importancia.
El operador no cerrará un caso de alarma hasta que tenga la certeza que ha cubierto la totalidad de los procesos previstos y la crisis se encuentre en manos responsables.
El monitoreo remoto se está convirtiendo, sin duda, en una herramienta cada vez más usada y ofrecida por las agencias de seguridad y, poco a poco, va siendo reconocida como una alternativa válida y eficiente en los diseños de los sistemas de seguridad modernos gracias a sus características y eficiencia.