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Reducir la delincuencia con una línea verde y una luz blanca.

¿Puede un parque y un cambio de luminaria pública tener un impacto en los niveles de delincuencia? En el BID creemos que sí. Estas transformaciones en la infraestructura urbana es lo que se denomina la prevención situacional y suele ser un componente importante en nuestros programas multidimensionales de prevención de la violencia.

Un ejemplo en nuestra región de prevención situacional es el municipio de Aguascalientes, en México. La entonces alcaldesa Lorena Martínez (hoy la Procuradora Federal del Consumidor) buscó ejemplos de proyectos urbanísticos de alto impacto en América Latina y los encontró en Curitiba y en Medellín.

El resultado fue la construcción de un espacio verde lineal de 60 hectáreas, con facilidades comunitarias para que los vecinos tuvieran lugares seguros para actividades de ocio, y para realizar ejercicios al aire libre.

Ella dijo que el nuevo parque, llamado “Línea Verde”, trajo un “cambio de ánimo” en las comunidades. Los vecinos salían más, y hubo menos delincuencia.

Otra medida que tomó fue cambiar las luminarias públicas, de una luz amarilla a una blanca, con más poder de iluminación. La luz blanca “permite darle una sensación de mayor seguridad a la gente”, según nos contó en este video.

Martínez dice que las medidas como el nuevo parque y el cambio de luces ayudaron a reducir la incidencia delictiva en un 42 por ciento.
Intuimos que la baja en Aguascalientes se debió a la nueva infraestructura y no a otros factores, pero de no realizarse una evaluación rigurosa, no podemos estar seguros.

Lección inglesa
Afortunadamente, existe evidencia de que una mejor iluminación pública ayuda en la prevención. Un programa destacado por el excelente sitiowww.crimesolutions.gov, que lleva un listado de proyectos de seguridad ciudadana vigorosamente evaluados, incluye el caso de la localidad inglesa de Dudley, en West Midland. En un período de cuatro meses en 1992, la ciudad duplicó la cantidad de iluminación útil.

Según Crimesolutions.gov, la teoría de la mejor iluminación dice que no solo existe un efecto de disuasión de los delincuentes por una mayor probabilidad de ser detectados, sino que mejora la cohesión social y el “control social informal”. También se espera un mayor uso de la infraestructura pública al oscurecer.

¿Fue realmente así?
Varios estudios confirmaron la baja en la delincuencia. La prevalencia del crimen (que mide el número de personas que sufrieron un delito a lo largo de su vida) se redujo en un 23 por ciento en las áreas que tuvieron el nuevo alumbrado, frente a una baja del 3 por ciento en las áreas de control. La baja en la incidencia delictiva (esto es, el número promedio de victimización por cada 100 hogares a lo largo de un año) tuvo una baja de 41 por ciento.

También se registró un incremento en el número de personas que usaban las vías públicas tras la instalación de las luces. Y no se registró un desplazamiento de crimen hacia otros lugares de la localidad.o

Así que cuando vuestro alcalde sugiere un nuevo proyecto de iluminación pública con miras a reducir la delincuencia, su propuesta tiene un asidero en la evidencia científica.

Autor: Pablo Bachelet Pablo Bachelet es especialista principal en comunicaciones del BID.