bannerprevenir2

Seguridad en vacaciones

La seguridad en vacaciones es un tema a tener en cuenta dado que hay que anticipar varios cuidados y recaudos para emprender un viaje, lejos de nuestro lugar y rutinas, por varios días.

Probablemente, con anticipación, deberás resolver qué hacer con tu mascota, quién cuida tu casa y quién puede acompañar a las personas que estén bajo tu cuidado en tu ausencia (por ejemplo adultos mayores).

No se trata solo de planear adónde ir, alojarse y calibrar el presupuesto con las ganas de descanso.
Se trata de poder despejar interrogantes y preocupaciones para poder desconectar realmente de algunas obligaciones.

Compartimos algunos consejos prácticos para que prestes atención en los distintos momentos que conforman un viaje.

1. En la ruta

Si la idea es viajar en auto, primero debes chequear que tu auto esté en condiciones y hacer un service general antes de salir. Luego, es importante chequear el mapa (hoy disponible desde cualquier dispositivo), investigar cómo está la ruta (nueva, vieja, en construcción, etc), si es muy transitada por camiones y cada cuántos kilómetros hay estaciones de servicio y pueblos o ciudades para frenar a descansar.

Lo ideal es viajar en auto con luz de día y hacer paradas y descansos cada 3 horas aproximadamente, para que quien maneja, no se desgaste.

Otro punto importante es llevar los celulares siempre con carga y saber los teléfonos de emergencia de la ruta. Si viajás en caravana aumenta la seguridad del viaje para tener ayuda en caso de problemas.

Si tu viaje es en avión al extranjero, además de las recomendaciones de la aerolínea, es importante que lleves toda la documentación necesaria para ingresar al país (permisos de viaje para niños, calendarios de vacunación, etc) y un servicio de asistencia al viajero para mayor tranquilidad. También saber qué medio de transporte vas a tomar para ir del aeropuerto hasta tu lugar de alojamiento, dado que muchas veces, los aeropuertos están en las afueras de la ciudad.

2. Alojamiento:

El lugar donde te alojes puede tener distintas comodidades y se ajusta siempre a un determinado presupuesto. La variedad es amplia.

Sin embargo, es muy importante que puedas hacer un reconocimiento de la zona dónde se encuentra, el movimiento habitual, las caras de los vecinos o personas que trabajan (en caso que sea un hotel) o se alojan allí. Generar cierta familiaridad para
reconocer los movimientos inusuales es muy útil.

Si alquilás una casa, elegí aquellas que tengan los mayores niveles de seguridad posible. Seguridad privada en los ingresos, cámaras de seguridad o que, al menos, estén en barrios más concurridos.

Si es posible visitarla antes o alquilarla con alguna recomendación de conocidos es mejor dado que te asegurás de no tener problema con el mantenimiento del lugar. En caso de ser época de verano elegir aquellas que tengan ventilador o aire acondicionado. Y si es invierno chequear que tengan calefacción de algún tipo.

Pedí a quién te reciba en el lugar un teléfono para llamar en caso de emergencias, bomberos y policía. Además asegurate de llevar un botiquín de primeros auxilios.

3. Viajar con niños

Viajar con niños es una gran experiencia. Todo se ve con otros ojos y para ellos es realmente la primera vez que experimentan algunas salidas, paisajes o situaciones. Sin embargo, no todos los destinos y actividades son buenas para hacer con niños.

Procurar tener agua, protector solar, comida y algunas otras comodidades es clave cuando el viaje incluye a niños pequeños. Sus tiempos al aire libre pueden ser más cortos y, en verano, incluyen la protección del sol. No se recomienda exponer a bebés menores de 1 año a altas
temperaturas por períodos prolongados. Llevar el contacto de su médico y tener los fármacos pediátricos es fundamental para mayor tranquilidad.

4. Entretenimiento y nuevas experiencias

El viajar nos expone a nuevas experiencias y, muchas veces, surgen actividades de entretenimiento ligadas a la naturaleza. Algunos son deportes que incluyen cierto riesgo (rafting, canotaje, ski acuático, buceo, cabalgatas, trekking, etc.)

Lo más importante es poder detectar si estamos físicamente óptimos para la exigencia de la actividad, si todos los miembros la van a disfrutar y si la persona que la coordina está realmente capacitada para hacerlo.

Averiguar antes de llegar al lugar qué se puede hacer, reservar las excursiones en agencias o personas profesionales habilitadas y no tener miedo de preguntar si tienen disponible un servicio de emergencia o cómo se manejan frente a algún imprevisto.

Una buena estrategia es contratar una excursión corta y básica para probar a quienes guían y luego realizar otras salidas más arriesgadas, si la experiencia resultó positiva. Siempre es mejor ir de menos a más en estos casos.

Conclusión:

Viajar es parte de una curiosidad humana que suele darse en el tiempo de vacaciones. Se mezclan las ganas de descansar y hacer cosas nuevas. Es bueno aprovechar ese impulso tomando recaudos y pensando muy bien qué hacer.

Mantener contacto con tu hogar cada dos o tres días, así como llamar a los adultos mayores o niños que estén a tu cargo pero no están en el viaje puede ser una buena idea para facilitar tu estadía y, más aún, el regreso. Así podrás estar también con mayor foco en el viaje: elegir qué hacer con mayor consciencia, conectarte con el lugar y las personas que el viaje propone.

Viajar con seguridad es posible. Sobre todo si entendemos que la seguridad es también un comportamiento que internalizamos y desplegamos para cuidar aquello que para cada uno es valioso. El tiempo de descanso, con familia, amigos o en soledad, es valioso por eso te proponemos
que lo cuides.

Fuente consultada:
Foro Latinoamericano de Seguridad: forodeseguridad.com