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31 de marzo Día del Dirigente de Recursos Humanos

Por iniciativa de Adrisur, en el transcurso del año 1998 se decidió instituir el Día del Dirigente de Recursos Humanos.
Para ello hicimos consultas con varias Asociaciones colegas, para conocer si ya existía ese día. Recibimos de ellas contestación negativa.
Fue así que pensamos en el 31 de marzo por coincidir con el día del fallecimiento (31/03/1965) de Francisco Antonio Rizzuto, periodista y escritor, que fue creador de la Liga Pro Comportamiento Humano, que promueve, difunde y enfatiza los valores de igualdad, respeto y dignidad entre los seres humanos, fomentando así la armonía en todas las formas de convivencia social.
Precisamente el 30/03/04, se publicó en el diario La Nación, una nota  donde informa sobre el robo, por segunda vez, del busto que recuerda a F. A. Rizzuto situado en el centro de la Ciudad Autónoma de buenos Aires.
La fecha 31 de marzo fue así  establecida por nuestra entidad y comunicada a Asociaciones colegas y en ocasión del festejo de nuestro décimo aniversario realizado el 31/03/1999, fue ratificada con la presencia de esas Instituciones.
El día 16/09/1999 decidimos que el 31 de marzo “Día del Dirigente de Recursos Humanos” tenga alcance nacional.
Para tal fin hicimos una presentación en la Cámara de Diputados de la Nación. Lamentablemente sin respuesta hasta la fecha.
Coincidentemente ADRISUR se fundó el 31 marzo de 1989.
Adrisur
Más detalles:

FRANCISCO ANTONIO RIZZUTO

Nació en Nocera Tenisere, Calabria, Italia, en 1883. Llegó a nuestro país en 1899 . Haciendo una síntesis de su personalidad los aspectos mas destacados fueron: empresario periodista, escritor sociólogo, humanista .

En 1919 funda la organización Veritas que es una empresa de informaciones comerciales.

En 1946, crea el Instituto Americano de Investigaciones Económicas Jurídicas y Sociales.
En 1949, propone las bases de la Asociación de la Prensa Técnica Argentina (A.P.T.A) de la que fue presidente.
En 1960 fundó la Liga Pro Comportamiento Humano.
Fallece el 31 de Marzo de 1965, el creador de esa Liga que promueve los principios básicos de la convivencia: respeto mutuo, cortesía, cordialidad…

Además

31 DE MARZO – Día del comportamiento humano
VIVIR EN SOCIEDAD
El hombre es un ser social, siempre lo fue. Como tal, debe seguir ciertas reglas que lo ayuden a vivir en armonía, buscando su progreso y bienestar personal pero siempre respetando a su prójimo en beneficio del bien social.
En 1992, la Resolución Ministerial N° 1729 estableció que el 31 de marzo de cada año sería conmemorado como “Día Nacional del Comportamiento Humano”. La elección de esta fecha no es fruto de la casualidad, sino una forma de perpetuo homenaje a Don Francisco Rizzuto, destacado luchador en favor de la solidaridad social. En 1965, precisamente el 31 de marzo, Rizzuto dejó de existir, pero no así la Liga Pro Comportamiento Humano, fundada por él mismo para promover los valores de igualdad, respeto y hermandad en la sociedad. Así como esta institución sin fines de lucro sostiene una prédica constante de los principios morales del hombre (dignidad, cortesía, urbanidad, respeto, buenas costumbres), es propicia la celebración del “Día del Comportamiento Humano” para difundir y enfatizar en la sociedad -sobre todo en los pequeños en formación- la importancia de los valores éticos y espirituales del ser humano, contribuyendo así a fomentar la armonía en todas las formas de convivencia social.
No son para nada menores los objetivos que se proponen para esta fecha. Si cada habitante del mundo, sin excepción, promoviera y practicara el buen comportamiento, los hombres viviríamos en un mundo de paz y verdadera solidaridad. Pero esto dista mucho de ser real, pues muchos intereses, egoísmos y miserias humanas conspiran contra ello. Y es frente a esas miserias que debemos plantear nuestro desafío, porque aunque resulta claro que todos entendemos que los seres humanos tenemos derechos y obligaciones, también está claro que no siempre los respetamos.
Respetar, servir y ser ejemplo
“Nuestros derechos terminan donde empiezan los de los demás”, es una frase repetida hasta el cansancio pero que resume y explica como ninguna la clave para la convivencia en sociedad, o en la vecindad o en la familia. Los chicos deben crecer con ese concepto bien incorporado. Si quieren escuchar música a excesivo volumen, irrumpiendo contra la tranquilidad del hermano o del vecino, ¿quién tiene más derecho, uno a escuchar o el otro a no ser molestado? La situación natural es la de tranquilidad y armonía, que es el derecho en este caso del hermano o el vecino, por lo tanto si otro derecho razonable (como es el de querer escuchar música) va contra el derecho a estar tranquilo, debe evitarse y ser reemplazado por otra alternativa (como escuchar música a volumen bajo). Este sencillo ejemplo resume el principio básico del respeto, y sobre el respeto, precisamente, se sustenta el crecimiento de una sociedad. Ni más ni menos.
Servir a los semejantes es una virtud que enaltece, que reconforta tanto al que sirve como al que es servido, sobre todo en estos tiempos en los que pareciera que todo es tan efímero. Debemos inculcar en los alumnos las virtudes más sutiles, que al mantenerse en todo tiempo y en todo lugar se multiplican y generan un fuerte efecto: saludar por las mañanas, ser corteses, ser tolerantes con los demás, desterrar del lenguaje las expresiones groseras, ser modestos, defender las ideas con dignidad, saber comprometerse con la palabra sin necesidad de escritos… y tantos ejemplos más. En definitiva, de todo esto también se trata el comportamiento humano.
Leyendo se aprende, es cierto. Pero también es cierto que a veces no es necesario leer para aprender: sólo hay que saber mirar. Y eso es lo que hacen los chicos: aprenden de lo que ven, del comportamiento y actitudes de los mayores. De ahí su importancia. Debemos tener siempre presente que en todo momento alguien está aprendiendo porque nos está mirando: los chicos seguramente adquirirán buenas maneras si los adultos las ponen en práctica; y otros chicos se contagiarán de sus amigos si también ellos tienen buenas costumbres. Así como muchas cosas malas son contagiosas por cuanto son tentadoras, las buenas costumbres también se contagian con el ejemplo. Sólo es cuestión de aprender, y así enseñar: aprender a conversar cordialmente sobre un equipo de fútbol sin apasionarse demasiado; aprender a devolver los libros que se piden prestados; aprender a cuidar las flores en un parque público, respetando la naturaleza y el trabajo de los demás… aprender que aprender, en definitiva, es la mejor manera de enseñar.

Fuente: A.D.R.I.