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La polémica estrategia de un juez italiano antimafia para cortar el ciclo del crimen

Roberto Di Bella preside los tribunales de menores de Reggio Calabria y lucha contra la ’Ndrangheta, la organización criminal más poderosa de la región. El juez de menores Roberto Di Bella inició un programa novedoso para mostrarles alternativas de vida a los hijos de los mafiosos.

Sus críticos lo han llamado nazi. Él cree que ha hallado “el futuro de la lucha contra las mafias”.

El juez Roberto Di Bella preside los tribunales de menores de Reggio Calabria y desde 2012 se ha dedicado a separar a unos 40 menores de entre 12 y 16 años de las familias de la poderosa ‘Ndrangheta, la organización criminal que desde el sur de Italia se ha expandido al norte, a América del Sur, a Australia y hasta a los Estados Unidos. La asociación delictiva —proveedora principal de cocaína a Europa, especializada en drogas y armas— se mantiene viva y pujante precisamente porque se basa en vínculos familiares.

“No los separo porque sí”, dijo a la periodista Gaia Pianigiani de The New York Times. “Los hijos siguen a los padres. Pero el estado no puede permitir que se eduque a los niños para que sean criminales”.

Los hijos siguen a los padres. Pero el estado no puede permitir que se eduque a los niños para que sean criminales

En la práctica, sin embargo, Di Bella ha visto que eso sucedía: desde la década de 1990, los tribunales juveniles de Reggio Calabria han condenado a un centenar de menores de edad por vínculos con la mafia y a unos 50 por homicidio o intento de homicidio. El día que el juez vio el caso del hermano pequeño de otro menor de edad al que había enviado a la cárcel años antes, comenzó a pensar en este programa.

“Es verdad que si se saca a un asesino en potencia se debilita la asociación criminal, pero ese no es el punto”, dijo a Stephanie Kirchgaessner, para The Guardian. “Todo lo que queremos es salvar vidas. Si vemos a un padre que le da a su hijo whisky o una jeringa, lo consideramos un abuso. En esta región sabemos que un padre pone una Kalashnikov en las manos de su hijo o lo lleva a una reunión de la ‘Ndrangheta. Esto también es abuso y maltrato“.

Salvatore Coluccio fue uno de los menores de la ‘Ndrangheta: lo detuvieron en 2009 por seguir el destino familiar.

Salvatore Coluccio fue uno de los menores de la ‘Ndrangheta: lo detuvieron en 2009 por seguir el destino familiar.

Algunos menores ingresaron al programa luego de cometer delitos que se consideran sintomáticos en personas que han crecido en un ambiente donde abuelos, padres, tíos y hermanos van a la cárcel o viven escapados de la ley: incendiar móviles policiales, por ejemplo. Otros lo hicieron luego de actos mafiosos.

El resultado del experimento judicial que apunta a romper el círculo generacional de la mafia es “extremadamente satisfactorio”, según evaluó Di Bella ante The New York Times. Sólo uno de los adolescentes que completaron los tres años del programa cometió un delito, y no se trató de un delito vinculado a las actividades mafiosas.

El proceso no es sencillo. Comienza con la mudanza del menor a una región italiana alejada de su casa. En la cuarta parte de los casos, las madres quieren cortar los vínculos con la mafia y se van con ellos. El resto llega a un hogar sustituto, donde una familia entrenada en accionar anti-mafia trata de crearle las condiciones para que tenga una infancia o una adolescencia normal. Los ayudan psicólogos y trabajadores sociales que se ocupan constantemente de los niños y niñas, que cuando cumplen la mayoría de edad pueden elegir si regresan a Calabria o no.

“Emocionalmente están muy solos”, dijo a The New York Times el psicólogo Enrico Interdonato, que trabaja como voluntario con el juez. “Mi trabajo es sobre todo relacionarme con ellos en el plano humano”. Cuando se llega a separar a un menor de su familia, es porque el estado ha probado que está en peligro físico o psicológico por las conductas mafiosas del hogar.

La rigidez de la estructura de la ’Ndrangheta asfixia sus necesidades de libertad y expresión

“La fase inicial del desarraigo les resulta muy difícil”, dijo el juez a The Guardian. Su crianza original los dejó afectados: con frecuencia sufren pesadillas, padecimientos psicosomáticos y una dificultad extrema para expresar sus emociones. “La rigidez de la estructura de la ‘Ndrangheta asfixia sus necesidades de libertad y expresión”, explicó Di Bella.

En algunos casos los padres lo saben, pero esa ha sido su historia y no han sabido brindarles nada mejor. Y aunque todos se resisten desesperados al proceso de separación, hubo padres que le escribieron al magistrado para agradecerle, madres que le pidieron que hiciera lo mismo por sus hijos y menores que le confiaron que se sentían liberados de haber visto alternativas a un destino de prisión o muerte temprana.

“Un padre, bajo un régimen de prisión estricto, le escribió a Di Bella para agradecerle por ‘la oportunidad que le dio a mis hijos para que vivieran en un ambiente limpio y en la legalidad'”, reprodujo The New York Times. Una muchacha le dijo que se sentía muy feliz por haber evitado un probable matrimonio arreglado para expandir el poder de las familias.

Aunque el programa carece de recursos —necesitan fondos para especialistas y entrenamiento— el Ministerio de Justicia de Italia ha trabajado en normativas para que la idea de Di Bella, hasta ahora limitada a Calabria, se pueda aplicar a las otras mafias que operan en el territorio nacional.

Fuente: Infobae