🚨 Estar alerta es parte del compromiso: la importancia de mantenerse despierto en el puesto de trabajo
En nuestra tarea diaria como empresa de seguridad privada, el rol del vigilador es clave para garantizar la protección de personas, bienes y espacios. La presencia activa y atenta en el puesto de trabajo no solo es una responsabilidad contractual, sino también un compromiso ético con la seguridad y la confianza que nuestros clientes depositan en nosotros.
En el transcurso del último año, se han registrado situaciones en las que algunos vigiladores no se encontraban plenamente atentos a sus tareas durante el turno. Este tipo de comportamiento compromete seriamente la calidad del servicio, genera importantes deficiencias operativas y puede afectar la percepción institucional que procuramos mantener frente a nuestros clientes.
Dormirse en el puesto, aunque parezca un descuido menor, puede tener consecuencias muy graves: desde la posibilidad de que ocurra un hecho delictivo sin ser detectado a tiempo, hasta la pérdida de contratos por fallas en el servicio.
Sabemos que los turnos pueden ser largos y exigentes. Por eso, desde la empresa brindamos herramientas de comunicación para estar siempre conectados tanto con la Base de Operaciones de SIE como con los supervisores.
💡 Compartimos las buenas prácticas para mantenerse alerta:
- Descansar bien antes de ingresar a trabajar
Dormir al menos 7 u 8 horas - Evitar comidas pesadas antes de tu turno de trabajo
Comer liviano ayuda a mantener la energía sin provocar somnolencia. - Realizar pausas activas
Si el servicio lo permite, estirarse o caminar unos minutos cada tanto, mejora la circulación y reduce la fatiga. - Evitar usar el celular como entretenimiento
Aunque parezca que “mantiene despierto”, en realidad puede inducir a la relajación o distracción total. - Comunicación con supervisores
Si el vigilador siente que no puede mantenerse en condiciones óptimas, es mejor avisar y buscar una solución antes que exponerse a sanciones o accidentes.
Estar atentos, comprometidos y despiertos es parte fundamental del profesionalismo que caracteriza al buen vigilador. Cuidar nuestro rendimiento individual es también cuidar el trabajo de todo el equipo.
Sigamos construyendo juntos una cultura de seguridad basada en la responsabilidad, la confianza y el respeto por nuestro rol.