La continua sensación de amenaza afecta la salud mental de las víctimas y de la población; necesitamos avanzar hacia sociedades con menor grado de amenaza, percibida y real.
Todos los años se recuerda en Buenos Aires el aniversario del atentado a la AMIA, Asociación de Mutuales Israelitas de Argentina. Este hecho tremendo, ocurrido en 1994, dejó un saldo de ochenta argentinos muertos, gran cantidad de heridos y marcas indelebles en la vida de enorme cantidad de personas en todo el mundo.
Hasta el momento este delito no ha sido esclarecido.
Hace un tiempo, al momento de recordarse este doloroso aniversario, fui invitado a conferenciar sobre “Atentados terroristas: Impacto de la amenaza en la salud mental”, en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Preparando esta intervención surgieron reflexiones que deseo compartir con usted.
Una definición: Qué es el terrorismo
El Diccionario define al terrorismo del siguiente modo: “(del Latín terror) m. Dominación por el terror.// Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”. A su vez, define terror como “espanto, miedo, pavor ante una amenaza o un peligro”.
La acción de los terroristas es tan antigua como la historia, y ha sido empleado por individuos, grupos y gobiernos. Hoy el terrorismo se ha adaptado a la revolución de la información: conformación en redes, organización descentralizada (“nodos”), gran cantidad de fuentes de financiamiento legales e ilegales, múltiples vasos comunicantes entre delito, política, narcotráfico y terrorismo… Lamentablemente, la amenaza del terror, y su impacto social, permanecerán.
Qué relación hay entre terrorismo y delito
El terrorismo es solo una parte de los delitos que amenazan a la población, y a su salud mental. Estimaciones internacionales nos permiten vislumbrar el impacto esperado del delito en Latinoamérica.
El año próximo:
– Morirán asesinadas 140.000 personas
– Serán víctimas de delitos graves 30.000.000 de familias
– Las denuncias policiales aumentarán entre el 3 y el 15%, según el delito y el país considerado.
– La Tasa de Victimización latinoamericana general se situará en cerca del 30%, en continuo aumento. En algunos países alcanzará el 50% de la población.
En cuanto a la evolución futura del delito, nuestra región presenta una serie de hechos que, al conectarse, nos estremecen: creciente presencia de armas, alcohol y drogas, sobre todo entre los muy jóvenes, un alarmante aumento de las madres solteras, con disolución del núcleo familiar y ausencia de figura paterna, un deterioro generalizado de los sistemas de educación, la rápida “favelización” de amplios estratos sociales, la abdicación de las soberanías en parte de los territorios nacionales de muchos países…
¿Nos traerá el futuro, como cree el FBI, una ola de ”superdelincuentes” juveniles que no asignan ningún valor a su propia vida, adictos a drogas, privados de disciplina, fuertemente armados y organizados por los carteles de la droga?
Pero esto es solo uno de los aspectos del problema.
Qué es el riesgo
Decíamos que el diccionario define “terror” como “espanto, miedo, pavor ante una amenaza o un peligro”. El mismo diccionario define amenazacomo: “indicio de ser inminente una cosa desagradable o mala”.
Cuando las personas comunes pensamos en nuestra seguridad, no pensamos sólo en términos de delito. El terrorismo en particular, y el delito en general, son parte integrante del concepto de riesgo percibido, un concepto que atraviesa nuestra vida cotidiana.
Para el análisis de riesgo basta una sola pregunta: ¿Qué pasaría si…?
El riesgo incluye dos componentes:
– un componente de anticipación, y
– para cada riesgo un cálculo de probabilidad, que hace al esfuerzo de prevención.
El cálculo de probabilidad no nos dice cuando va a ocurrir el riesgo. Por ejemplo, cuando caminamos por la ciudad, ¿podemos hacer en cada esquina el cálculo probabilístico de ser atropellados por un vehículo? Podemos hacerlo, pero nunca llegaríamos a destino. Entonces hacemos una estimación personal del riesgo y cruzamos la esquina.
Si tenemos que caminar varias cuadras atravesando distintas zonas, administramos riesgos continuamente a lo largo del camino. Vamos haciendo una “estimación artesanal” del mapa de riesgos a lo largo del camino. Al mismo tiempo vamos construyendo riesgos para nosotros mismos y para los demás, por ejemplo si manejamos un vehículo.
Surgen continuamente continuos riesgos; por ejemplo en riesgo laboral, tenemos el de accidente de trabajo (clásico), y el de pérdida del trabajo (nuevo).
Cuáles son las variables del riesgo
Las variables del riesgo son la PROBABILIDAD de ocurrencia – que a su vez puede ser calculada por expertos ó percibida por el involucrado en el riesgo-, y la GRAVEDAD si ocurre. Por eso la prevención del riesgo busca disminuir la probabilidad, y disminuir la gravedad si ocurre.
– El cinturón de seguridad disminuye la gravedad, pero no la probabilidad de un accidente
– El preservativo frente al Sida disminuye la probabilidad, pero no la gravedad.
– Un curso de manejo defensivo disminuye la probabilidad de un accidente de tránsito, y puede disminuir la gravedad, porque también se enseña a chocar.
Un acto de prevención puede disminuir una variable y aumentar la otra. Por ejemplo muchos motociclistas suelen no usar casco, en parte porque es cierto que el casco disminuye la gravedad de los accidentes, pero también disminuye la visión y a audición, lo que aumenta el riesgo (caso de probabilidad percibida).
Qué relación hay entre seguridad y salud mental
La seguridad es un estado psicológico, que se logra cuando se dispone de un marco constituido por un conjunto de hechos que nos protegen de riesgos, y nos posibilita realizar las tareas que estimamos necesarias para alcanzar el desarrollo y bienestar.
Este marco no solo nos debe proteger contra atentados terroristas. Nos debe proteger en todas las dimensiones de la Seguridad: Personal, Económica, Política , Ambiental, Alimentaria, Sanitaria, Jurídica, Comunitaria…
En los últimos años estas dimensiones de la Seguridad se han deteriorado en prácticamente toda nuestra región, degradando las condiciones de vida de gran parte de la población, y sus condiciones de salud mental, que llevará décadas mejorar… si comenzamos a trabajar hoy. En particular en la gestión de organizaciones e instituciones de Seguridad, debe mejorar la comprensión de sus múltiples dimensiones, que superan con mucho al simple concepto del delito.
EN SÍNTESIS
Los atentados terroristas son horrorosos e impactan de modo particularmente profundo en la sociedad afectando, deteriorando y destruyendo la salud mental de las personas.
Pero en Argentina y en toda Latinoamérica, es terrorismo es solo una de las amenazas a las que estamos sometidos cotidianamente los ciudadanos.
Estas amenazas, de muy distinta índole, están aumentando en toda la región. Su impacto en la vida y la salud mental de las personas se ha agravado sustancialmente en los últimos años, y la expectativa es que la situación se agrave aún más.
Dado que la seguridad es un estado psicológico, relacionado tanto con realidad como con percepciones, se debe trabajar sobre ambos aspectos, para contribuir a que las personas se sientan en menor riesgo, y puedan vivir su vida en condiciones de mayor libertad.
Necesitamos avanzar hacia sociedades con menor grado de amenaza, percibida y real, y trabajar proactivamente sobre la mejora de la salud mental tanto de las víctimas como de la población.
Fuente: forodeseguridad