El oficial jefe se desempeñaba en la seccional de Billinghurst; dos efectivos lo escucharon cuando intentó evitar que fueran arrestados dos “transas” del lugar donde se vendió la cocaína contaminada
Un subcomisario de la policía bonaerense quedó detenido, acusado de su presunta vinculación con algunos de los vendedores de droga arrestados durante los allanamientos realizados en Puerta 8, el asentamiento de Tres de Febrero donde parte de los consumidores intoxicados con cocaína envenenada compraron las dosis de la sustancia letal.
Según fuentes judiciales y policiales, dos de los elementos que fundaron la detención del oficial jefe fueron las declaraciones de dos efectivos que habrían escuchado al subcomisario decir: “Estos dos son amigos míos”. Con esa expresión, según los testigos, habría intentado excluir del grupo de sospechosos apresados a dos supuestos “transas” que habían sido detenidos en los operativos realizados en búnkeres de Puerta 8, el 2 de febrero pasado.
Los dichos que se le adjudican al subcomisario fueron expresados durante los primeros allanamientos realizados a partir de las declaraciones de los consumidores que lograron sobrevivir luego de ingerir cocaína adulterada. A raíz del consumo de la droga letal murieron 24 personas y tuvieron que ser internadas otras 94.
Los dos policías testigos declararon en la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense. Con estas declaraciones, esa dependencia inició un sumario y lo presentó ante la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°16 de San Martín.
Luego de revisar los testimonios aportados por los funcionarios de Asuntos Internos y de profundizar la investigación, el representante del Ministerio Público solicitó la detención del subcomisario, el allanamiento de su casa y el secuestro de los teléfonos celulares.
Fuentes del Ministerio de Seguridad provincial identificaron al oficial jefe detenido como Jorge Visalli, quien se desempeñaba en la comisaría de Billinghurst que tiene jurisdicción en la villa Sarmiento, en el partido de San Martín.
El subcomisario fue acusado de incumplimiento de los deberes del funcionario público en concurso real con encubrimiento agravado y por tratarse de un delito especialmente grave.
Los testigos ubicaron al jefe policial en Puerta 8, donde se concretaron los allanamientos para tratar de apresar a los narcos que estaban a cargo de los búnkeres que entre el 1° y 2 de febrero vendieron algunas de las dosis que fueron compradas por los consumidores que se intoxicaron con la cocaína mezclada con fentanilo.
Además de la frase que, según dos testigos, el subcomisario habría expresado, este oficial jefe participó de un operativo fuera de su jurisdicción. Dos días después de los allanamientos en Puerta 8 y en las villas Lanzone, El Gaucho y 18, efectivos de la fuerza de seguridad provincial irrumpieron en búnkeres del asentamiento Sarmiento, en Billinghurst, donde fueron desbaratados puestos de venta de droga vinculados con Joaquín Aquino, alias El Paisa, integrante de una banda enfrentada con la organización de Miguel Ángel “Mameluco” Villalba.
En la Justicia federal de San Martín y de Tres de Febrero se investiga si El Paisa y su jefe, Max Alí Alegre, alias Alicho, contaban con protección de un grupo de policías bonaerenses para poder vender droga. Hasta el momento hay seis efectivos identificados como supuestos integrantes de la banda de Alicho. Los peritajes ordenados por el representantes del Ministerio Público federal concluyeron que la cocaína secuestrada en poder de El Paisa no tenía carfentanilo, la sustancia derivada de un opioide, que provocó 24 muertes y 94 intoxicados.
Por este caso hay nueve sospechosos detenidos que fueron acusados por el fiscal de San Martín Germán Martínez. Por una cuestión de competencia, el expediente pasó a la Justicia federal de San Martín, debido a que el búnker de Puerta 8 ya era objeto de una investigación anterior.
Además de los testimonios de los policías que señalaron al subcomisario, hubo vecinos de Puerta 8 que, en el momento de los allanamientos, indicaron que resultaba habitual observar filas de consumidores que esperaban su turno para comprar droga en el búnker allanado, circunstancia que, curiosamente, parecía no ser advertida por la policía, aunque ocurría a la vista de todos.
A partir del análisis de las comunicaciones realizadas en el teléfono celular del subcomisario detenido y en los teléfonos de los vendedores a los que habría intentado favorecer, se determinará si hubo connivencia y si esa supuesta complicidad terminaba en este oficial jefe o llegaba hasta sus superiores.
Hasta el momento, existen indicios firmes de que el alijo de droga contaminada habría sido comprado por la banda comandada por Mameluco Villalba y sus hijos. Uno de ellos, conocido como Salvaje, habría autorizado la compra de la partida que dos narcos conocidos como Dylan y Boli ofrecieron a U$S 2800, un poco más de la mitad del valor de mercado del kilo de cocaína. Era una partida de droga que se sabía que estaba rebajada, que ningún otro narco de la zona quiso comprar y que, habría sido estirada, todavía más, en el laboratorio que la banda de Mameluco tiene en el asentamiento La 18, en San Martín.