Estufas, chimeneas o braseros pueden ser una fuente de riesgo. Otros gases peligrosos.
Según un informe de Metrogas, unas 200 personas mueren al año en nuestro país por inhalación de monóxido de carbono (CO), y a ello hay que sumar, por ejemplo, casos de cáncer de pulmón y de EPOC por inhalación de las diminutas partículas causadas por la mala combustión de estufas o chimeneas de carbón y leña.
“El CO es un gas imperceptible (incoloro e inodoro) y no irrita las mucosas, pero ocupa el lugar del oxígeno en la sangre, por lo que impide su llegada a órganos y tejidos. Como es un neuronecrotóxico, la intoxicación por este gas puede culminar en un paro cardiorrespiratorio y muerte”, explicó a Télam Nicolás G. Douglas Nazareno, de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
Existe la creencia de que el CO es un componente normal del gas natural. Esta creencia no sólo es errónea sino también peligrosa, relata el informe de Metrogas: el CO se produce por mala combustión de cualquiera de los elementos que quemamos para generar calor (carbón, madera, querosén, alcohol o gas natural) son materiales combustibles ricos en carbono y necesitan oxígeno para quemarse. Si la cantidad de oxígeno disponible es insuficiente, la combustión será incompleta y generará monóxido de carbono.
Y es el que más riesgo genera, porque su toxicidad es muy alta en concentraciones muy bajas: sucede que este gas compite con el oxígeno y puede envenenar el torrente sanguíneo, pues utilizan el mismo medio de transporte: la hemoglobina.
Otro gas peligroso es el dióxido de nitrógeno, que se libera cuando las cocinas, hornos de gas y estufas de parafina no funcionan correctamente. Este gas no se huele ni se ve -explicó el experto-, pero irrita las mucosas y puede causar dificultad respiratoria, sobre todo en pacientes asmáticos, con EPOC o con otras patologías respiratorias crónicas.
“Los sistemas de calefacción por aire caliente (aire acondicionado), a su vez, tienden a resecar el ambiente, lo que hace que las vías aéreas también pierdan humedad. El resecamiento del árbol respiratorio disminuye sus mecanismos de defensa favoreciendo las infecciones y puede generar congestión nasal o tos, sobre todo en los alérgicos, o puede favorecer las exacerbaciones asmáticas en quienes padecen esta patología (Ver “El ambiente ideal”). Es importante tener en cuenta que la circulación de aire caliente arrastra partículas de polvo que contienen alérgenos, sustancias que favorecen el desencadenamiento de los síntomas alérgicos”, añadió Douglas Nazareno.
Recomendaciones
Todos los riesgos se pueden prevenir. Por eso, siempre hay que estar atentos a estos puntos:
• Verificar que todas las fuentes de calor funcionen correctamente (seguir a pie juntillas las instrucciones de los fabricantes para la puesta en marcha y el manejo de los dispositivos).
• No instalar calefones dentro de los baños.
• No utilizar la cocina o el horno para calefaccionar.
• En ausencias prolongadas, cerrá la llave de paso del gas
• Asegurar la salida de gases al exterior; si los artefactos no la tienen de fábrica y en prefecto estado, abrir una ventana de tanto en tanto cierto tiempo, para ventilar.
• Apagar la calefacción por la noche.
• Limpiar regularmente los filtros del aire acondicionado.
• Evitar fuentes de combustión que generan residuos (como el humo del cigarrillo, sahumerios, inciensos, etc.).
> Síntomas
– Dolor de cabeza
– Mareos y debilidad
– Náuseas y vómitos
– Pulso acelerado
– Convulsiones
– Visión borrosa
– Desorientación
– Pérdida del conocimiento
– Fallo respiratorio
Fuente: GASNOR
> EL Ambiente ideal
Ni tanto ni tan poquito
Para que el confort invernal sea saludable, además de que “no haga frío”, importan la humedad, la ventilación y, si es posible, el asoleamiento: el sol disminuye los ácaros de polvo y mantiene la temperatura. Lo ideal es que esta no supere los 21°-23°, para evitar el contraste entre interior y exterior, que puede disminuir la capacidad de respuesta de defensa del organismo) y que la humedad se sitúe entre el 50 y el 70% (un recipiente, preferentemente cerámico, con agua sobre la fuente de calor ayudará a humidificar al ambiente; y con unas gotas de aceite aromatizado o unos pétalos de rosa, además será perfumado) Y, aunque haga frío, es muy importante abrir las ventanas un rato al menos una vez al día, porque siempre se acumulan toxinas dentro de la casa.
Fuente: La Gaceta