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La increíble historia del argentino que llegó al Mundial de Rusia en bicicleta

Salió de San Juan. Su periplo duró un año y medio hasta llegar a Brasil 2014. Desde entonces siguió pedaleando y ya está en Moscú.

Sus padres le regalaron la bicicleta. Él la llamó Libertad y vaya si fue consecuente con el nombre. El argentino Matías Amaya salió pedaleando desde su San Juan natal en 2013, luego de un año y medio llegó al Mundial de Brasil y ahora, cuatro años, después en los que siguió al mando de sus dos ruedas, está en Moscú para alentar a la Selección.

La idea se le ocurrió de repente, casi sin pensar. Quiso unir sus dos pasiones: el fútbol y viajar. No alcanzó a ver la final que perdimos en Brasil con Alemania, porque ya se había propuesto otro objetivo, estar en el Mundial de Rusia. Y lo logró.

Sus padres le regalaron la bicicleta. Él la llamó Libertad y vaya si fue consecuente con el nombre. El argentino Matías Amaya salió pedaleando desde su San Juan natal en 2013, luego de un año y medio llegó al Mundial de Brasil y ahora, cuatro años, después en los que siguió al mando de sus dos ruedas, está en Moscú para alentar a la Selección.

La idea se le ocurrió de repente, casi sin pensar. Quiso unir sus dos pasiones: el fútbol y viajar. No alcanzó a ver la final que perdimos en Brasil con Alemania, porque ya se había propuesto otro objetivo, estar en el Mundial de Rusia. Y lo logró.

Su plan es seguir pedaleando. De Rusia planea ir a India, China y seguir por Asia, ya que su objetivo es llegar con su bici -con su “Libertad”- a Qatar 2022.

Su mensaje para los jugadores de la Selección argentina es elocuente: “Me gustaría que los jugadores puedan ver el esfuerzo que hace cada simpatizante. Hay muchos argentinos que hacen lo imposible para venir a verlos. Yo en bici, otros en avión u otras maneras. Si ellos entendieran lo que hacemos por estos colores, llegarían muy lejos”.

Y finaliza hablándoles directamente: “No son diez más uno, no son once. Es todo un pueblo apoyándolos. No están solos”. Lo dice Matías Amaya, que solito se pedaleó 80.000 kilómetros para alentar a Messi y los suyos (los nuestros).

Fuente: Clarín