La prevención de los peligros y riesgos de los inquilinos que habitan los conjuntos residenciales representan casi la mitad de los gastos mensuales.
La seguridad de un edificio es un concepto muy amplio y tiene diversas aristas. Desde el aspecto técnico y constructivo a las medidas de prevención diarias (incendios, pérdidas de gas y agua, ascensores), que son particulares e internas en cada edificio, hasta los riesgos y peligros que se suscitan en el mundo exterior e ingresan al complejo.
En el ámbito de la administración de consorcios, ambos planos tienen el mismo nivel de importancia; en cuanto a los riesgos relacionados con los aspectos técnicos, existe cierto desarrollo de que prevén los riesgos y alertan, pero en el caso de los peligros externos estos son súbitos, no se pueden prevenir más allá de una buena cerradura y la contratación de personal encargado, ya que depende en gran medida de los habitantes.
“El porcentaje que se destina a la seguridad en un edificio ronda entre el 30 y el 50 por ciento de los gastos de gastos”, destaca Sebastián Viqueira (Caph Córdoba).
El vicepresidente de la Cámara de la Propiedad Horizontal de Córdoba (Caph Córdoba), Sebastián Viqueira, diferencia dos situaciones habituales que atentan contra la seguridad en los edificios: “En Córdoba nos enfrentamos a dos situaciones habituales. Uno son los robos de elementos del consorcio o de consorcistas por personas que ingresan por accesos del edificio detrás de los propios habitantes o bien forzando dichos accesos. Por otro, los robos a departamentos con rotura de puertas y cerraduras cuando sus ocupantes no están presentes ni hay servicio de seguridad ”.
En esta línea, Carlos Ieno, especialista en administración de edificios, completa: “la más visceral y la que se padece diariamente es la que atenta contra la seguridad de los bienes y la integridad física de las personas”.
Prevenir
Los consultados comparten que los robos en el interior de los edificios usualmente se dan por descuido, por no cerrar bien la puerta de ingreso o abrir paso a desconocidos, pero también tienen que ver con las medidas que adopte cada consorcio: contratación de personal de vigilancia privada, instalación de cámaras de seguridad, control de ingresos y uso de llaves magnéticas, entre otros.
Por otra parte, la crisis sanitaria que comenzó en 2020 y transita las primeras semanas de 2021 obligó a los consorcios adoptando medidas preventivas, sobre todo en las áreas comunes. En este sentido, Viqueira subraya: “se ha trabajado en aspectos preventivos, en especial en los períodos de aislamiento; hay que tener en cuenta que los consorcios y sus administraciones no detentan poder de policía ”.
La realidad es que hasta tanto la situación de los contagios pase a la historia, los consorcios siguen adaptándose a lo que dictamina el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) para prevenir la propagación de los contagios por el Covid-19.
“Se dan robos de las maneras más insólitas en tiempos”, explica Carlos Ieno (especialista en administración de edificios).
Costos
En los últimos tiempos, la seguridad en los edificios se resuelve con la instalación de cámaras. De todos modos, Carlos Ieno destaca: “Por los costos, la tendencia es instalar cámaras de circuito cerrado; es importante evaluar el lugar dónde colocarlas, si son monitoreadas varias horas o solo se registran en un disco rígido o en la nube. Si sabemos de antemano cuál es la mejor alternativa se podrá prevenir y cuidar mucho mejor el sector ”.
Finalmente, que eso implica un costo está claro. “En el caso de que el edificio cuente con servicio de seguridad privada personalizada (guardias) y según la modalidad de contratación, el gasto ronda desde el 30 por ciento al 50 por ciento del total aproximadamente”, estima Viqueira.
A su turno, Ieno completa: “Varía de acuerdo a la categoría del edificio. Hay quienes abonan todos los sistemas existentes (tecnológicos y presenciales), otros optan por uno de ellos y otros contratan sólo seguridad para los fines de semanas o feriados ”.
Fuente: lavoz.com