Insertar la RSE dentro de la cadena de valor es un desafío para las grandes compañías. Sin embargo, las pymes tampoco quieren quedarse atrás y se suman al tren de la tendencia global, en general apoyados por sus mayores clientes empresariales.
Sucede que iniciarse es un desafío difícil en las pequeñas y medianas empresas, ya que en general no cuentan con una gran organización y en variadas oportunidades poseen una visión a corto plazo, pensamiento que no coincide con los preceptos y desafíos de la responsabilidad social. Es por eso que el primer paso lo suelen dar las grandes empresas que contrata sus servicios o compran sus productos. A continuación, cuatro de ellas cuentan a Socialmente Responsables cómo hicieron para iniciarse:
“Nuestro contacto con la RSE fue a través de una invitación para participar de un taller que realizaba nuestro cliente Ferrosur Roca y, en un primer momento, sentimos que debíamos asistir por compromiso”, cuenta Jorge Sobarzo presidente de JS Servicios Olavaría SA, una pyme que realiza servicio metalúrgico y de arenado y pintura. La convicción llegó con el tiempo, una vez que participaron del taller y comenzaron a comprender la temática. “Hoy estamos más que concentrados en la gestión medioambiental y hemos reemplazado el sistema de arenado por el de granallado, disminuyendo el residuo en un 90%”, agrega Sobarzo.
Según los especialistas en RSE, una de las variables más importantes es la forma en que se acerca la empresa a las pymes de su cadena de valor. “Si la compañía sólo proporciona el dinero y demás recursos necesarios para que la pyme desarrolle políticas de RSE, la experiencia indica que a la larga los resultados y beneficios son más escasos”, destaca Ana Muro, coordinadora del área de Responsabilidad Social del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (Ceads). Por este motivo se utilizan charlas de sensibilización, creación de grupos de trabajo o ayuda con profesionales.
Este es el caso de Caifer, dedicada a la venta de hierro y acero inoxidable, que cuenta desde hace dos años con el apoyo de IRSA para su plan de RSE. “Los profesionales que nos visitan con frecuencia siempre están dispuestos a colaborar y su apoyo fue central”, explica Daniel Fernández, presidente de Caifer, quien participa de un taller para personas con discapacidades.
Con la implementación, vienen también los primeros obstáculos. Uno de los mayores está en lo económico, explica Bibiana Bonetti, de la empresa Terceriser, dedicada al servicio de limpieza edilicia e industrial. “Nuestra pyme no dispone de grandes presupuestos, pero estamos convencidos que las mejores relaciones y el estímulo también es de suma importancia”, agrega Bonetti, quien además incentiva el voluntariado de su personal a través de la ONG Proyectar por los Pueblos.
Otros, en cambio, aseguran que el tiempo fue una de las variables que mayor dificultad les ocasionó. “El desafío para nosotros fue poder alejarse y abstraerse de las operaciones del día a día de la empresa para encontrar el tiempo necesario para la RSE”, confiesa Juan Pablo Toro, presidente de Seguridad Integral Empresaria SA, una pyme de servicios de seguridad privada que apoyada también por IRSA.
La empresa, además de realizar inversiones sociales como donaciones de ropa de trabajo, está concentrada en acciones relacionadas con sus empleados. “Nuestra visión es ser la primera firma de seguridad socialmente responsable”, finaliza.
Fuente: El Cronista