Resultaron ser prácticamente ineficaces para atrapar los aerosoles respiratorios que se expulsan, según los modelos que ha simulado el supercomputador Fugaku de Japón, el más rápido del mundo, lo que pone en serias dudas su utilización para prevenir la propagación del coronavirus
Pasados casi 10 meses de la aparición del nuevo virus SARS-CoV-2 que genera la enfermedad COVID-19, todavía quedan muchas cosas para aprender. Y los científicos se esfuerzan por seguir investigando respecto a cómo frenar esta pandemia declarada en marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Una de las cuestiones que más atrae a los expertos es cómo el virus se propaga y logra múltiples contagios en humanos. La utilización de barbijos, tapabocas, máscaras faciales y otros cobertores también han sido objeto de estudio.
Esta vez, el objeto de análisis fueron las pantallas faciales de plástico utilizadas sin barbijo o tapaboca, que resultaron ser prácticamente ineficaces para atrapar los aerosoles respiratorios que se expulsan al toser, según los modelos que ha simulado el supercomputador Fugaku de Japón, el más rápido del mundo, lo que pone en serias dudas su utilización para prevenir la propagación del coronavirus.
Una de las cuestiones que más atrae a los expertos es cómo el virus se propaga y logra múltiples contagios en humanos. La utilización de barbijos, tapabocas, máscaras faciales y otros cobertores también han sido objeto de estudio.
Esta vez, el objeto de análisis fueron las pantallas faciales de plástico utilizadas sin barbijo o tapaboca, que resultaron ser prácticamente ineficaces para atrapar los aerosoles respiratorios que se expulsan al toser, según los modelos que ha simulado el supercomputador Fugaku de Japón, el más rápido del mundo, lo que pone en serias dudas su utilización para prevenir la propagación del coronavirus.
Fuente: Infobae