Muchos creen, entre otras cosas, que las bebidas alcohólicas fijan las grasas. Podemos decir rotundamente que no es así. Este es sólo uno de los mitos que las rodea. En esta columna aclararemos algunos de los equívocos y distorsiones en torno al alcohol.
Muchas investigaciones han puesto énfasis en las propiedades beneficiosas de algunas bebidas alcohólicas. Sin embargo, ¿por qué pensar en las propiedades antioxidantes del vino tinto, sin considerar que un aporte variado de verduras y frutas nos brinda el mismo efecto benéfico evitando los indeseados?
Es cierto que el vino tinto tiene el efecto de aumentar levemente el HDL colesterol. Sin embargo, estas fracciones de colesterol bueno se pueden elevar además con la inclusión de actividad física frecuente.
El resveratrol presente en ciertas bebidas alcohólicas puede reducir la formación de coágulos y el riesgo de un ataque cardíaco o al cerebro. También contiene flavonoides y otros antioxidantes y vitamina E. Pero sus propiedades son aprovechadas cuando es consumido en cantidades adecuadas de acuerdo al sexo y otras características de cada persona.
Si tenés control de lo que ingerís podés consumir alcohol diariamente. De todos modos, a fin de que no represente un peligro para tu salud ni una traba para tu descenso de peso, tené en cuenta que sería mejor evitarlo.
El comité de Nutrición de la Asociación Americana de Cardiología recomienda un consumo de alcohol de esta manera:
– En hombres: dos medidas por día.
– En las mujeres: una medida por día.
Una medida equivale a:
– ¾ vaso de vino (150 cc).
– 1 lata de cerveza (360 cc).
– 1 medida de whisky (50 cc).
– 2 copas de champagne (200 cc).
Pero debemos conocer en detalle cuáles son las consecuencias si las bebidas alcohólicas se consumen en exceso:
– El etanol (el alcohol de las bebidas alcohólicas) puede ser causa secundaria del aumento de grasas en sangre. Cuando se ingieren en exceso, disminuye la absorción de ácidos grasos, movilizando la grasa periférica, y lleva más ácidos grasos al hígado dando como resultado un aumento del colesterol malo (LDL) sanguíneo.
– Aporta muchas calorías (7 calorías por cada gramo de alcohol), que se suman a las que se ingieren con las comidas. Si el total de calorías que se incorpora supera a las que se gastan, el excedente se convierte en grasas que se depositan en el tejido adiposo.
– Puede aumentar la presión arterial.
– Puede producir ataque cerebral.
– Puede causar cáncer de mama.
– Puede elevar los triglicéricos sanguíneos.
– Ingeridas en exceso, el hígado no lo podrá metabolizar y producirá daños, interfiriendo en el metabolismo de los hidratos de carbono, de las proteínas y de las grasas.
¿Cuáles son las enfermedades del hígado que se relacionan con una elevada ingesta de bebidas alcohólicas?:
– Hígado graso (esteatosis hepática): es la acumulación de grasa en las células hepáticas.
– Hepatitis alcohólica: el hígado se inflama por el exceso de ingesta de alcohol.
– Cirrosis alcohólica: forma más grave de enfermedad hepática provocada por el alcoholismo.
Sobrepeso y obesidad
Si consumís cuatro vasos de vino al día, consumís casi 720 calorías. Tres latitas de cerveza común al día: 435 calorías. A eso se le suma el sedentarismo (casi nada de gasto energético) y lo que hay que sumar por el resto del día que ya comiste. Estos son algunos de los motivos de tu aumento de peso que no habías considerado.
Sé que te gusta contar calorías todo el tiempo. Y con eso no logras nada. No es necesario que adoptes este método. Si lo hacés te perderás de aportar a tu organismo principios nutritivos y saciedad. Vas a lograr aumentar la adicción por las comidas y las bebidas, no estarás bien alimentado, aumentarás de peso corporal y todo ello te conducirá a sentir que no podés cortar con la adicción.
El primer paso para cambiar es reconocer que las bebidas alcohólicas no permiten controlar la cantidad y, si tenés exceso de peso, serán tu peor enemigo.
Pensá cuál es tu meta. Priorizá tu salud y tu objetivo. Nada es más valioso que tu vida y bienestar. Que todo aquello que te tiente y te aparte de la salud, no sea el camino que te conduzca a las enfermedades.
Las bebidas alcohólicas consumidas desmedidamente te van enfermando. La decisión sigue siendo tuya, pero aceptá la verdad, no te engañes.
Fuente: Clarín