En esta cuarentena una visión negativa de la vida y del futuro se adueña de nuestros pensamientos Tratemos de acompañarnos a la distancia, con palabras de aliento.
Un día el mundo modificado. No más ravioles los domingos. Ni charlas de café. Ni besos y abrazos. El tiempo se detuvo. No hay diferencias entre un día y otro. Esta descripción es una pequeña muestra acerca de varias cosas perdimos.
Salvando las distancias y diferencias, motivos y consecuencias, en esta pandemia a millones de personas en el mundo les pasa algo similar . Nadie sabe qué futuro nos espera. Lo que debemos lograr es mantenernos vivos.
En esta cuarentena una visión negativa de la vida y del futuro se adueña de nuestros pensamientos. La peor pesadilla es sentir que ya mi vida no es mía. Parecería que se terminó la vida. Una antesala del final donde solo resta esperar que toque timbre la guadaña.
Víktor Frankl, un psiquiatra prisionero en un campo de concentración nazi, nos señaló que lo que mantiene la vida es tener un proyecto y asumir una responsabilidad con uno y con los demás. Hay dos caminos: quedar atrapados en lo que no podemos y otro más constructivo, que es pensar lo que podemos.
Así que las limitaciones que nos pueden vivir no deben evitar pensar como pasar el día al día, hasta lograr la vuelta a los dueños de nuestra vida. Podemos recordar, imaginar, contar lo vivido, hacer lo pendiente en la casa y todos los pequeños placeres que están cerca. Llamados, lecturas, pintura, canto, baile, películas y el que está en pareja y sabe, jugar.
Un día el bombardeo en Londres pasó, al tiempo la guerra terminó. Todos sentían algo extraño, dolor por las ruinas de sus hogares y satisfacción por sentirse hermanados detrás de una causa mayor. Debemos tomar esta enseñanza. Sentidos unidos para atravesar este tiempo. La carga es más llevadera si no me siento solo. Tratemos de acompañarnos a la distancia, con palabras de aliento.
El peor error es creer que esto solo me pasa a mí. Todos vivimos lo mismo y quien no lo piense así quedará atrapado en un sentimiento de ser víctima de una injusticia, qué se la atribuirá vaya saber a quién.
Todos los días necesarios, para soportar el encierro, escuchar la frase: “Esto también pasará y la tierra volverá a girar”.
Psicólogo (MN 2666 – MP 80376), profesor del post grado en Psicoterapias Facultad de Medicina (UBA) (IG: Psicologoarino)
Fuente: ámbito