Presentó un programa preventivo en los aeropuertos para detener delincuentes de otros países; se suma a los mayores controles migratorios y al inicio del debate por la ley penal juvenil.
Con las encuestas como faro y guía para las decisiones políticas trascendentes, el Gobierno acentúa la conformación de una agenda de seguridad, que se desplegará en pleno durante el decisivo año electoral que ya comenzó.
El pasado 26 de enero, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el titular de Migraciones, Horacio García, presentaron el sistema de información anticipada de pasajeros (API), que permitirá impedir la entrada de extranjeros con delitos probados, en acuerdo con las líneas aéreas que operan en nuestro país.
¿Estará la seguridad al tope de la agenda política este año? “La inseguridad forma parte de uno de los tres desafíos que se ha fijado el presidente Macri para su gestión. La lucha contra la pobreza, terminar con el crimen, el narcotráfico, las mafias organizadas, la delincuencia, y el tercero es unirnos los argentinos”, afirmó Frigerio.
Dispuesto a negar las acusaciones sobre discriminación y “estigmatización” hacia extranjeros, Frigerio y García afirmaron que las medidas tienen un fin de “protección” de los argentinos y prevención ante eventuales comisiones de delitos como el narcotráfico o el terrorismo. “Éste es un país que se ha forjado sobre la base de la inmigración, ha sido un año récord en trámites de residencia. Pero hay que complementarla con una política de muchísimo cuidado (…) con los que vienen porque los echan de otros lados o tienen antecedentes penales o delictivos, y no queremos que vengan al país. Y los que ya están, queremos que rápidamente puedan salir de nuestro país”, abundó el titular de Interior.
Sobre el API, García explicó a través de un informe que, en acuerdo con las líneas aéreas, Migraciones conocerá el listado de quienes llegan a la Argentina 75 minutos antes de la partida de ese vuelo. En ese lapso se podrá decidir impedirle a ese presunto delincuente viajar al país o enviarlo de vuelta al país si logra ingresar al avión de todos modos.
No se trata, por cierto, de una medida aislada. Además se firmó un decreto que establece la posibilidad de expulsión para extranjeros que delinquen en un plazo aproximado de dos meses, en un universo de hasta 3 años de prisión efectiva (la legislación actual establece que pueden expulsarse extranjeros con más de cinco años de pena). “Esto no está vinculado a la ley migratoria, sino a la lucha contra la delincuencia, y nos da los instrumentos para actuar con los delincuentes”, señaló Frigerio.
También hay un decreto que creó la Comisión Nacional de Fronteras, bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete, con el objetivo de controlar los pasos limítrofes y coordinar las fuerzas de seguridad y control.
Las medidas que el Gobierno terminará de poner en marcha se complementarán con otra de largo aliento e implicancias igualmente importantes: una reforma de la ley penal juvenil que incluya la baja en la edad de imputabilidad, probablemente a los 14 años.
Autoridades nacionales y provinciales (sobre todo las bonaerenses) coinciden en que la lucha contra el delito figura al tope de las preocupaciones ciudadanas. La batería de proyectos cumple con el requisito esgrimido por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, de estar “cerca de las necesidades de la gente”, y más en un año decisivo.
Una batería de medidas:
Control del aire
El Gobierno presentó el API (información anticipada de pasajeros) para anticiparse a la llegada de extranjeros con antecedentes penales o con pedido de captura que llegan a la Argentina vía aérea. El nuevo sistema permite a Migraciones contar con información sobre 12 millones de pasajeros en 60.000 vuelos que llegan a la Argentina por año. Con información suministrada por las líneas aéreas, podrá detenerse un viajero que haya delinquido antes de la partida de su avión en el país de origen, o expulsarlo si este consiguiera de todos modos llegar al país en avión.
Complemento
Un decreto que creó la Comisión Nacional de Fronteras, bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete, con el objetivo de controlar los pasos limítrofes y coordinar las fuerzas de seguridad. Además, está en estudio la realización de un API terrestre para controlar micros y la llegada de puertas biométricas para agilizar el control.
Expulsión exprés
El Gobierno da los retoques finales a un decreto presidencial que busca reducir a un máximo de dos meses el trámite de expulsión de extranjeros condenados por delitos graves en el país o el exterior. También establece que una pena de tres años de condena (efectiva o no) es suficiente como causal de expulsión. El extranjero con pedido de expulsión tiene tres días para efectuar su descargo por la vía legal. Para solicitar la ciudadanía los extranjeros deberán atenerse a la ley migratoria. Se negará ese derecho a los turistas con visa temporaria que tramitaban ante los juzgados su residencia permanente sin cumplir con los requisitos de Migraciones.
Nueva ley y menos edad
A principios de año, el Gobierno comenzó a instalar la necesidad de una nueva ley penal juvenil, que incluya la baja en la edad de imputabilidad de los menores que delinquen, de 16 años a 14. El oficialismo convocó a un grupo de expertos sobre la base de ejes temáticos, como “medidas alternativas a la privación de la libertad”, “delitos y sanciones acordes a la Convención de los Derechos del niño y “condiciones de detención que fomenten la reinserción”, además de la baja de la edad de imputabilidad.
Las prioridades:
De la edición
El seguimiento de la agenda impulsada por el Gobierno en lo que va de enero arroja una conclusión clara: la seguridad es un eje dominante. Es una cuestión de prioridades. No es que el tema hubiera estado ausente en 2016, pero está claro que ahora hay un énfasis distinto.
La explicación tiene relación directa con el inicio del año electoral, en el que el Gobierno no puede aparecer desguarnecido en un tema tan sensible.
No está comprobado que las medidas que está adoptando el Gobierno vayan a tener un efecto decisivo en la reducción del delito, pero lo más importante pasa por generar una sensación de acción.
Fuente: La Nación